febrero 28, 2007

Dos satélites de fabricación nacional estarán en órbita antes del 2010

Argentina se posiciona en el espacio

Se relanza el Programa Espacial Argentino, en su segunda etapa, Argentina en el Espacio 2004-2015. El ambicioso calendario plantea la puesta en órbita de dos satélites de fabricación nacional, el SAC-D, en el año 2009 y el SAOCOM 1A, en el 2008. El 24 de mayo de 2005, el presidente Kirchner, firmó el decreto que libera los fondos para el proyecto de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, CONAE.

La información satelital es necesaria para planificar el desarrollo de la industria agropecuaria, “espiar” a nuestros competidores, conocer y controlar los recursos pesqueros, permite comprender los cambios climáticos y prevenir desastres naturales. La información precisa, de calidad y generada por técnicas propias, colocará a la Argentina a la vanguardia de la tecnología espacial.

“La información que obtenemos se ha vuelto una cuestión de estado. En la misión anterior, el SAC-C, Nuestro principal cliente fue el INTA que nos pidió información sobre los cultivos de China y Estados Unidos, para anticiparse a los mercados de granos y desarrollar planes de acción en materia de agricultura”, ilustra el doctor en física Fernando Colomb, miembro del directorio que preside la CONAE y encargado de la ciencia en los instrumentales de la misión SAC-D

La fabricación nacional de los satélites se hace posible por la integración entre la Comisión de Energía Atómica, que fabrica los paneles solares; el Instituto Argentino de Radio Astronomía (IAR), que se ocupa del instrumental de medición y el INVAP que fabricará las ruedas de inercia que mantienen al satélite en órbita.

El físico explica que los distintos organismos aportan infraestructura y conocimiento, mientras que el dinero sale de la CONAE, “esto permite el desarrollo de tecnología propia que queda para el país y baja los costos que se triplicaron desde la crisis de 2001”

Para los científicos argentinos el proyecto es ambicioso, pero para las agencias espaciales internacionales la CONAE ha empezado a brillar con luz propia. Por ello tanto la NASA como la Comisión Espacial Europea se han asociado a la Argentina para compartir recursos y realizar misiones conjuntas.

La NASA se asoció con la misión SAC-D para colocar en el satélite una antena que permitirá medir, por primera vez en la historia, la salinidad de los mares, realizando un mapa oceánico completo, una vez cada 30 días. El sistema denominado Aquarius permitirá, además, medir los ciclos oceánicos, observar los hielos marinos, que se desprenden de los polos y entender los cambios climáticos y ambientales. Como contrapartida la NASA se ocupará del traslado y lanzamiento del satélite con un cohete Delta II, desde la base Vandemberg en California.

Para comprender la importancia internacional de la misión SAC-D/Aquarius, basta con mirar los números. Es el satélite más grande construido en el país con 1600 kg. de peso y ocho instrumentos. A la argentina le sale 40 millones de dólares construirlo, mientras que, sólo, para el proyecto Aquarius la NASA tiene un presupuesto de 250 millones.

La misión aportará datos jamás obtenidos y permitirá a los científicos de todo el mundo develar cómo influyen, los océanos, sobre el clima y sobre la vida en la Tierra, en un planeta que esta cubierto en un 70% de agua. “Aún no comenzamos la fabricación del satélite y ya recibimos contactos internacionales para poder acceder a la información que brinde”, grafica Colomb.



Con tanto dinero y prestigio en juego se siguen de cerca todos los detalles de la misión. El pasado 3 de agosto una comisión de 32 científicos argentinos y norteamericanos se reunió en el Sheraton Hotel de Buenos.Aires, donde evaluaron positivamente el diseño preliminar del satélite. Fernando Colomb, que es también gerente de relaciones institucionales de la CONAE, comenta que “los veedores quedaron muy satisfechos. Hay mucha ansiedad, ya que los europeos están trabajando en una misión similar y queremos ser los primeros en poner el satélite en el espacio, pero de nada vale apurarse si después algo sale mal.”

“En el 2000 cuando se lanzó el SAC-B, la tercera etapa del cohete que lo llevaba a su órbita no se desprendió y la misión se perdió por completo”, cuenta Colomb con esfuerzo para no mostrar su frustración. “No pudimos hacer nada, más que ponernos a trabajar en el próximo proyecto”, se resigna.


Misión SAOCOM 1A.


La Agencia Espacial italiana se asoció con la misión SAOCOM de la CONAE para la conformar el Sistema Italo Argentino de Satélites para la Gestión de Emergencias, llamado SIASGE. Se trata de una constelación de 6 satélites, entre los que habrá cuatro italianos y dos argentinos. La constelación permite que los satélites pasen por un mismo lugar con diferencias de minutos u horas, brindando información detallada y constantes del territorio a relevar.

El objetivo de la misión comprende el monitoreo de desastres naturales, estado de hielos y recursos acuíferos; uso de la tierra, bosques y minería; topografía y cartografía; relevar zonas costeras y seguir de cerca los derrames de petróleo. La información obtenida será de tal magnitud que se ha realizado un llamado internacional para que se presenten proyectos que permitan un uso eficaz de los recursos. Se han recibido más de 200 propuestas entre los que se destacan las de Brasil, Chile, España y Uruguay.

La consulta sobre las expectativas de crecimiento de la CONAE, Colomb justifica, “no nos interesa crecer, actualmente el 20 por ciento de nuestro presupuesta se va en salarios, mientras que otros organismos gastan entre el 70 u 80 por ciento. Nosotros preferimos usar los recursos para fomentar el desarrollo e investigación de nuevas tecnologías. Aunque es necesario un recambio generacional, nos estamos poniendo viejos”. En pos de ese recambio, también se ocupan de fomentar la creación de carreras “espaciales” en las universidades del país. Un ejemplo que deberían imitar el resto de las instituciones.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Como argentino me siento profundamente orgulloso de los logros de nuestros científicos, hombres y mujeres que no están especulando con un sueldo y que menos aún, casi ni son tenidos en cuenta por nuestra clase dirigente: ellos hacen lo asuyo por el simple placer del deben cumplido. Y algo que me intriga: ni un comentario, bueno o malo de un chileno?. Claro, es el silencio indiferente de la envidia y la impotencia, porque que se sepa, en el país-fideo esa raza de "guerreros" USA-UKdependientes no pueden ni saben diseñar y menos fabricar ni una mísera cortadora de césped. Chilotes: cocínense en su salsa y sigan revolcándose en el barro del ciego rencor, envidia y temor. Y lo que acá se cuenta es solo la punta del iceberg: hay mucho más pero no se lo vamos a contar. Ojalá que no tengan que descubrirlo con dolor, mucho dolor. Chau