noviembre 02, 2006

Primera parte_ Diarios en la web: el caso Clarín

La Licenciada Silvia Tessio Conca del Colegio Universitario de Periodismo de Córdoba, escribió un informe acerca de las características innovadoras de los medios digitales tomando como ejemplo al portal en internet del diario Clarín. Su nota se titula: “Periodismo electrónico y prensa gráfica: ¿Gatopardismo de lenguajes, agendas temáticas y lectores, en una nueva-vieja propuesta comunicacional?”


Tessio Conca plantea que en la segunda mitad de la década del ’90, comenzó a formarse este nuevo sistema electrónico de comunicación, a partir de la fusión de los medios de comunicación de masas globalizados y personalizados, y la comunicación mediante la computadora. Este panorama se ratificó a partir de las alianzas estratégicas entre compañías que unen la telefonía, la televisión, las publicaciones gráficas y las compañías de comunicación.

El sistema multimedia se caracteriza por la integración de diferentes medios y por su potencial interactivo. La interactividad de los medios de comunicación desdibuja la frontera entre emisores y receptores del mensaje. El uso de Internet significa no solo la participación activa de la audiencia en forma convencional, seleccionando o procesando la información, sino también creándola. Mientras que en los medios impresos convencionales los canales propuestos para favorecer la interacción usuario – medio quedan circunscriptos al correo de lectores, con el uso del lenguaje multimedia empleado en las versiones digitales de los diarios, los editores descubrieron la capacidad interactiva del hipertexto, que provee los vínculos destinados a respuestas de los lectores, respuestas que se dan en tiempo real. Con el hipertexto adaptado al texto periodístico, el lector accede a la redacción del diario, conversa con el periodista y le hace saber concretamente qué desea o no. El rol primario del periodista, en esta nueva situación modificada por mensajes interactivos, es ser intérpretes, antes que simples “diseminadores” de información.

En los diarios digitalizados, el énfasis está en lo concreto, particular e individual de la información, en contraposición a lo estructural, abstracto y universal del diario en papel. La interactividad del diario modifica la visión tradicional de la noticia: la selección de la información se da a nivel de lo temático(política, leyes, educación). Los soportes tradicionales para la difusión de las noticias (radio, televisión, prensa escrita) desdibujan sus fronteras precisas y se funden en los multimedia.

Estas nuevas posibilidades eran tenidas en cuenta por los jefes de redacción del diario Clarín en 1994, ya que antes de lanzar la primera edición digital se especulaba con que la versión de Internet contendría información que no se ofrecía en la versión convencional en papel. Surge así la clasificación entre interactuantes e interactuados, es decir, un grupo de individuos con capacidad de efectuar sus propias elecciones de lectura y recorridos por la pantalla de la computadora y otro, que en desventajosas condiciones dadas por la educación, el acceso a la tecnología o el país al que pertenezca, solo accederá a las posibilidades elementales que le presenta Internet.

Si bien Internet ofrece el acceso a todos los usuarios que quieran conectarse, con un criterio democrático de participación en la red, se presenta la paradoja de tener un medio de comunicación con infinitas posibilidades de acceso, y sectores de la población privados de la comunicación a través de Internet, dado por barreras tecnológicas, culturales, sociales. En virtud de esta característica puede decirse que Internet como soporte de información no es un medio masivo, como lo son la radio y la televisión, con grandes posibilidades de penetración social.

En el caso de la versión digital diario Clarín, se observa la administración de información con el estilo de instantaneidad de las agencias de noticias, la redacción de las noticias de último momento con el ritmo breve y conciso de la radio, la organización y estética propia de la pantalla de televisión y el texto escrito, como en el diario tradicional.

El traslado de las versiones de los periódicos del soporte papel al digital generó modificaciones en sus rasgos formales. El diario en su nuevo soporte presenta permanencias, que son las que permiten que sean identificados como tales, pero por otra parte presenta variantes propias del periódico en su nuevo soporte.
Su novedad radica en la no-linealidad del texto, que se facilita con la posibilidad material de la tecnología provista por la computadora. En la lectura de los periódicos, dicha característica trajo como consecuencia la alternativa de que el lector se transformara en el responsable del recorrido de cada texto que lee. El lector posee un cierto saber previo de lo que quiere leer, lo que facilitará su búsqueda en la red.



En el diario digital, el enunciador toma una posición más simétrica respecto al lector y pone al alcance del mismo espacios alternativos de circulación por el texto: no es el enunciador el que determina los rasgos del enunciatario sino justamente al revés, enunciador y enunciatario se confunden, sus lugares son intercambiables.

En el diario electrónico hay más diálogo en tiempo real entre cada lector y el diario. Al mismo tiempo, el periódico propone los foros de debate entre los usuarios, en torno a un tema propuesto por el diario en forma de pregunta, y con la posibilidad de que los lectores utilicen al mismo diario como plataforma de relaciones horizontales entre ellos.

La organización gráfica de cada página del diario tradicional, presenta “pases”, o sea, marcas que se constituyen en huellas que orientan al lector en el recorrido por el texto y cada sección del diario. Esta característica se adoptó en las ediciones digitales como “links” o vínculos para la navegación, con diferente organización espacio- temporal en la visión tradicional y en la digital: mientras en el papel cada página contiene varias noticias que permanecen en un mismo espacio, las versiones digitales del diario destinan una página para cada texto, autónoma con respecto de las otras notas. Por ejemplo, en la versión digitalizada de Clarín.com, esta página con diferentes noticias jerarquiza la información en el “tiempo estimado de lectura”. De esta forma se abre una categoría de análisis de la información en la que el tiempo reemplaza la jerarquización planteada a partir del espacio, condición propia de la versión en papel.

La categoría “tiempo de lectura” es un dato que aparece en la versión digital del diario Clarín y que abre un campo de análisis del tiempo digital. A continuación, una explicación que el diario Clarín ofreció acerca de sus nuevos servicios: “El menú de nuevas funciones de Clarín.com incluye una casilla de web mail en la cual el lector podrá recibir y enviar sus mensajes, una agenda personal que funciona como cualquier agenda electrónica y un sistema de alertas, tan potente e innovadora que es posible que cambie la forma de leer el diario en Internet”.

En la medida en que Internet es cada vez más una convergencia de materias significantes de varios medios (radio, televisión, prensa), y asume codificaciones y propiedades discursivas de éstos (tiempo real, articulación sonido e imagen, etc.), se debilita la primera noción que se tenía de que el diario en Internet sería una suerte de “metáfora“, porque se diluye la presencia del modelo “fuerte” de la prensa en papel como lógica de presentación de la información.

En cuanto al espacio virtual que plantean los diarios digitales, se pude decir que la constante actualización de las páginas del periódico (fundamentalmente la primera página) lleva a la conformación de un espacio virtual infinito. Una condición importante que diferencia a la versión en papel de la digital es que el periódico electrónico carece de contratapa, con lo cual el espacio de las noticias se extiende indefinidamente, con lo cual no hay clausura ni del sentido, ni del ritual de la lectura.




Las ediciones digitales de los periódicos en general plantean la idea de un lector pragmático: busca lo que necesita, desecha lo que no le interesa y exige al medio de acuerdo a sus motivaciones de información. En este sentido, el lector es un consumidor más dentro del mercado de información en prensa.
La tendencia es ir diferenciando las ediciones digitales de las de papel, aunque esto no significa un cambio marcado en la concepción de destinatario: más pragmático, sí, pero igualmente dependiente del diario como enunciador para satisfacer sus opciones de información.

La transposición del diario en papel a la versión digital ha conservado los temas centrales como comunes, mientras que la posibilidad tecnológica de ampliar la oferta de temas en Internet –que no se publican en la versión convencional de papel- generó una “agenda ampliada” que enriquece el conocimiento de los lectores que tienen acceso a Internet, en detrimento de aquellos que siguen solamente las noticias en papel.

Luego de estas exposiciones, Tessio Conca invita a reflexionar: “En el momento de los vertiginosos cambios, del tiempo efímero y del espacio sin límites, parece que la consigna es ‘mutar’. Queda preguntarse si las modificaciones encierran una resignificación de materias comunicantes o, simplemente es una nueva versión, más sofisticada de ‘gatopardismo’, esta vez adaptada a la prensa escrita y su versión digital.”

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